quarta-feira, 18 de março de 2020

Passa por Alfaiates - O Príncipe D. João, futuro El Rei D. João II, a socorrer seu pai D. Afonso V, na cidade de Toro, em Castela




HISTORIA DE ESPANA.
SYGLO XV
PARTE UNDÉCIMA

Por Don Juan De Ferreras,
Bibliothecario Mayor de la Real Libreria de su Magestad,
En Madrid: En la Imprenta de Francisco de el Hierro.
Año de M. DCC.XXII
Página 48

Historia de España – Syglo XV
A.C. 1476.
[ … ]
8.         El Príncipe Don Juan de Portugal con el cuydado de socorrer à el Rey Don Alonso, su padre, juntó dos mil caballos, y ocho mil infantes, y para los gastos de llevar aquella gente à Toro, tomó prestada la plata de las Iglesias, excepto los vasos Sagrados, y todas las cantidades, que estaban depositadas, asi de huerfanos, como de las demàs obras pias. Con esta gente vino à la Guardia,y dejando por Gobernadora de el Reyno à su muger Doña Leonor, pasó a Alfayates, de donde llegó a San Feliz de los Gallegos, que entrò por fuerça, y saqueó, y de alli passó a Toro, donde llegó a 14 de Febrero sin embarazo alguno, y fuè recibido con grande alegria de su padre, y de los suyos, Chronica de el Rey Don Alonso, Ruy de Piña, y los demàs Historiadores, asi Portugueses, como Castellanos.

9.         En este tiempo el Rey Don Alonso de Portugal havia avisado à el Conde de Plasencia, y à el Marquès de Villena, para que viniessen con su gente à juntarse con el. El Conde de Plasencia respondió: que estaba muy arrepentito de su yerro, y que no serviria à otros mas, que à los Reyes Don Fernando, y Doña Isabel, pues les debia, lo que a el no havia debido, respecto de que aquellos havian usado de toda benignidad con los suyos, que estaban en el castillo de Burgos, y el no havia querido socorrerlos. El Marquès de Villena respondió: no podia ejecutar lo que le decia, porque toda la gente que tenia, la necessitaba para no acabar de perder sus Estados, pues no podia ignorar lo que havia yà perdido; cuyas respuetas sintiò vivamente el Rey Don Alono, reconociendo, aunque tarde, quan engañado se hallaba, de los que le llamaron à aquel empeño.


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